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El arte, esa forma de expresión
del ser humano en su ser como tal,
en su estar siendo,
haciéndose y rehaciéndose infinitamente…
a veces me pregunto
su relación con lo bello o lo espantoso,
lo horrible o lo placentero,
sus infinitas manifestaciones,
caóticas o armoniosas
en su relación contextual histórica
es realmente una forma de comunicación
y de ser así debemos ser cronistas,
espectadores, o comentaristas de la historia
o de nuestro ser?
O de la relación entre ambas?
En períodos oscuros,
difíciles y adversos
es que debe desaparecer el color
y a la inversa la alegría debe desbordar
en nuestros momentos de gloria?
No encuentro una regla para esto,
no debiera acaso iluminar los momentos oscuros,
ser luz y alegría en la confusión y el dolor?
O quizás, acaso no debe ser mudo y brutal
en tiempos de bonanza, paz y justicia?
Creo en el reverso de la trama,
en la tensión de los contrarios,
en el movimiento de la quietud,
en el amor, la pasión y el desamor también.
No me ates las manos
pues mi corazón no se somete a semejantes torpezas.
(pgp)
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